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Abjasia

Abjasia /Apjazeti /Абхазия / აფხაზეთი

Cómo dijo una gran periodista (Rosa María Calaf), una mujer sin miedo a la verdad: “Los medios de comunicación nos mantienen entretenidos, no informados” yo añadiría que nos mantienen maniatados al miedo justamente por la desinformación, esa desinformación a las órdenes del capitalismo, consumismo así como el  ensimismamiento más severo y deshumanizado que uniforma mentes y caracteres como si fuésemos robots sin alma. Y a veces el mayor enemigo es tu entorno inmediato que protege demasiado, convertido en el mayor peligro para el crecimiento y la independencia personal.

Abjasia, a no ser que la frágil geoestrategia de los límites de Europa cambie, es un país seguro a pesar de los temores que vierte la prensa amarilla y organismos oficiales occidentales. Su especial estatus de país no reconocido lo hace diferente a nivel de trámites de frontera y seguros internacionales dentro del país.

Georgia no reconoce la independencia de Abjasia y sólo lo hacen unos cuantos países de la órbita rusa o postsoviética como la propia Rusia, Venezuela, Nicaragua y algún olvidado y desconocido país de Oceanía como Naurú o Vanuatu. Abjasia  (el primer país europeo por orden alfabético) fue una república autónoma de Georgia pero se separó militarmente gracias a la ayuda de Rusia. La guerra causó una importante herida que sólo el olvido, el perdón y el diálogo podrán superar. En la frontera los colores y la particular bandera que parece que con una mano blanca nos indica “stop”. Más que eso esa mano blanca es un símbolo y amuleto particular de este cada vez más extinguido pueblo abjasio.

A las horas puntas en esta doble frontera sobrecoge el normal estrés de esas damas de negro que vuelven a la tragedia de lo acaecido en Gali y el Valle de Kodori. Esas mujeres que se mantienen en pie con su salvoconducto son las verdaderas vencedoras de una guerra sin cuartel, como todas las guerras innecesarias y con intereses oscuros y que sólo pagan y son víctimas los pobres. Creo que si algo me sobrecogió más en mi corta estancia en Abjasia fue la mirada perdida de estas damas negras que se amontonaban para pasar el control militar ruso de la frontera. Sus caras arrugadas y sus ojos prístinos son un avance del dramático paisaje a veces roturado y salvaje, a veces desolado y destruido de este país entre el Cáucaso y el Mar Negro.

10 experiencias para sentir el país

1. La luz y los atardeceres del Mar Negro en Sujumi

Suele pasar que donde se encuentra la paz del mar y la agreste montaña, la luz es bondadosa y especial, como el propio clima suave y acogedor de esta zona del mundo. Esto pasa, en general, en la costa abjasia y en especial en los decadentes paseos marítimos de las ciudades litorales como Sujumi (Sujum/Sukhumi), la capital. Edificios art decó recuerdan el pasado glorioso de estas ciudades balnearias donde venía como lo hace en la vecina Sochi, “la crème de la crème» del poder soviético ahora ruso. Cuando el sol desaparece sobre el espejo del Mar Negro, todo parece arder hasta la propia alma.

2. Antiguo parlamento de la República Autónoma de Abjasia

Una gran explanada nos recuerda que Abjasia estuvo en la órbita soviética y ahora rusa como lo demuestra la gran embajada de este país, quizá ahora el edificio más monumental. Frente a este descomunal espacio abierto un gran edificio administrativo, exagerado para el tamaño y la importancia del país.

Lo precede el pedestal sin monumento que posiblemente sostenía a Lenin. Ahora este edificio destruido por la guerra y el abandono es el símbolo nacional de la victoria abjasia, de un accidentado y pequeño país cuya independencia ficticia para unos, real para otros ya superó de facto los 25 años. Así lo anuncia un gran cartel con los colores de la bandera nacional.

3. Degustar la comida del restaurante Haptaa

En el agradable e interminable paseo marítimo de Sujumi es donde se puede contactar con la población local (cada vez más uniforme pues es esencialmente abjasa, armenia y rusa). En él se han instalado modernos restaurantes, cafés, clubs y vinotecas activos principalmente a la caída del sol. El restaurante Haptaa tiene un agradable patio con cenadores más privados al estilo armenio y un agradable restaurante con balcones donde degustar la cocina del país, y por ende, georgiana y caucásica. Abundan los ricos asados de carne o el chakapuli y como no el jachapuri o pan con queso fundido y huevo… El frutado y dulce vino abjasio también se puede probar en este tradicional lugar. Atención pues las cartas están en ruso por lo que mejor o saber el idioma o bien utilizar un lector traductor para ir orientado. El tema del idioma es uno de los grandes hándicaps para conocer este país que vive esencialmente del turismo ruso.

4. Dormir en el hotel Ritsa, un alojamiento de principios de siglo XX

Se trata de uno de los hoteles más antiguos del país (1914) que todavía conserva sus estancias, mobiliario, cortinajes y grandes espacios donde se respira la decadencia de un glorioso pasado. La construcción neoclásica se funde con el monumental edificio del Teatro Nacional con su majestuosa fuente y puerta de entrada de inspiración claramente oriental. Los balcones dan al paseo marítimo y el Mar Negro y resultan evocadores en los amaneceres y puestas de sol. Por lo demás las estancias comunes son lúgubres como el viejo sistema. Se han abierto otros modernos y funcionales hoteles en la capital como Leon Boutique Hotel y pueden ser punto de partida para conocer los alrededores inmediatos: jardín botánico, restos de la fortaleza de Bagrat o el curioso y enigmático laboratorio de monos. Pero también el resto del país pues dada su dimensión en un día se puede ir y venir hasta de los lugares más apartados.

5. El Nuevo Athos

Siguiendo con la idea de lugares prohibidos aquí se instaló una versión que casi nada tiene que ver con el Monte Athos (Agion Oros) en Grecia donde existe la última república monástica vetada al sexo femenino. Eso sí, las vistas desde el vecino monte con su remozado castillo son espectaculares. El resto es algo kitsch como la cascada, la cueva y los puestos de souvenirs que se despliegan  a los pies donde se halla el antiguo monasterio. El complejo monástico se construyó en la época zarista de Alejandro II para albergar a monjes del monasterio ruso de Panteleimonovskogo del Monte Athos original. Según la leyenda aquí se hizo mártir Simón el Zelote torturado a manos de legionarios romanos. El conjunto neobizantino se halla sobre una terraza que mira al Mar Negro y consta de seis templos. El monasterio que se convirtió en un punto económico de producción de velas, ladrillos, elaboración de mantequilla, frutas, hortalizas y cría de caballos. Fue visitado por insignes personajes como el emperador Nicolás II y el escritor Anton Chekhov. Fue cerrado y entró en decadencia en 1924 por “Propaganda contrarrevolucionaria”. Hoy son otros tiempos, los del geoestratega zar Vladimiro Putin y resplandecen las cúpulas doradas de la catedral como lo hacen en la misma iglesia ortodoxa rusa de La Habana.  En la carretera al Athos las campesinas venden cítricos destacando las mandarinas que dan nombre a un film estonio/georgiano, conmovedor y antibelicista, que tiene como protagonista a Abjasia.

6. El litoral de Pitsunda y Gagra

Fundadas por comerciantes griegos dominadas por romanos, georgianos, otomanos, y en la actualidad por rusos son los dos grandes centros balnearios de la costa del Mar Negro. El clima subtropical de estas localidades y sus aguas cálidas hacen que fueran lugares de veraneo de las élites zaristas pero también soviéticas y en la actualidad centro balneario de los rusos adinerados y no tanto. Aquí el verano principia en mayo y acaba en noviembre y sus aguas superan en ese tiempo los 25 grados. Ambos centros no presentan un legado monumental destacable pero además la guerra tampoco ayudó al mantenimiento de sus infraestructuras ya caducas e impersonales. Eso sí el litoral algo accidentado de Pitsunda con su cabo abriéndose al Mar Negro merecen un paseo detenido. Gagra tiene una pintoresca bahía y se encuentra a tan sólo 35 km. de la localidad de moda en Rusia: Sochi.

7. Lago Ritsa, el espejo del Caucaso

Sin duda el atractivo turístico más importante de Abjasia. No sólo por el espectacular paisaje en sí, si no por el mismo trayecto que sigue el curso del río Yupshara atravesando espectaculares cañones y densos bosques de misteriosos árboles “barbudos”. El lago se halla a unos mil metros de altitud y está rodeado por las montañas más espectaculares de este desconocido y guerrero país. Aquí se reflejan las imponentes montañas del Cáucaso con altitudes superiores a los 3.000 metros lo que nos hace recordar que el techo de Europa no se encuentra en los Alpes del Mont Blanc sino el Monte Elbrus, no muy lejano. Aquí tuvo su residencia o “dacha” de verano Stalin donde su paranoica personalidad idearía la Unión Soviética y su intento de conquistar ideológicamente el Mundo. J. Stalin nació en el seno de una familia pobre en Gori, Georgia. Ritsa se engloba en el principal parque nacional del país que incluye las cumbres más altas del Cáucaso abjasio (Monte Agepsta 3.256 m.). El lago sólo permaneció en el ideario gracias a ser referenciado por pastores y cazadores. Fue en 1895 cuando el geógrafo y viajero ruso Nikolay Albov lo descubrió e insertó en los mapas.

8. Tkavarcheli, arqueología industrial

Sí hay algo que caracteriza a este país a parte de su espectacularidad paisajística es su destrucción a nivel de mobiliario urbano y rural pero también industrial. Es el caso de Tkarvacheli y algunas localidades cercanas de aquí sus moradores tuvieron que marchar dejando un espacio fantasma donde las malas energías se sienten a cada rincón. Su gran cimentera y minas de carbón están cerradas y junto a ellas una población que de ser una activa ciudad abjasia ha pasado a ser una ciudad semivacía. El conflicto armado con Georgia supuso que el 25% de la población huyera y otro porcentaje se reubicara o emigrase ante falta de perspectivas económicas de un país de facto fallido. Esto hizo que de unos 25000 hab. se pasase a escasos 4.000. Una localidad cercana es un auténtico  pueblo fantasma: Otapi, un ejemplo del infame e injustificable resultado de la guerra.

9. El misterioso Valle del Kodoris

Cerca de la capital sale un valle que se va estrechando conforme se adentra a la zona más alta del país. Aquí los picos se acercan a los 4.000 metros y los glaciares resisten al cambio climático: es el castigado Valle de Kodoris. Se ubica en los límites de la vieja Cólquida donde se desarrolla el mito griego de los argonautas de Jasón en busca del vellocino de oro. Es lo que hoy se conoce como Alta Abjasia conquistada en un segundo enfrentamiento bélico a Georgia. Como siempre los restos de una vieja fortaleza vigilan la entrada al valle, después toda una serie de pueblecitos semiabandonados que nos hablan de la riqueza agraria de esta zona del país. Pequeños lagos como el Amtkel, forestas impenetrables nos hablan de un territorio misterioso donde vuelve a vagar el fantasma de la guerra.

10. La cascada de Gega, o la cascada del Cáucaso

Al noroeste del país se halla una de las cascadas más espectaculares y emblemáticas de este accidentado territorio. Se halla a más de 500 metros sobre el nivel del mar y tiene una caída cercana a los 100 metros. Se halla a 6 kilómetros de la confluencia del río Gega y el Yupshara en un paisaje de oquedades, cuevas y pasillos subterráneos ideales para los amantes de la aventura. Una de las cuevas principales por donde transcurre el río tiene más de 300 m de longitud. Un excelente lugar para practicar el senderismo y la observación de una flora y fauna inusitada en nuestro paisaje mediterráneo.

Feroe, uno de los países más pequeños, remotos y desconocidos de Europa

[gm album=7]El mundo ignoto o poco conocido siempre ha sido una fascinación para los geógrafos y viajeros de Georama… Los lugares que se apartan, de alguna forma, de la globalización son entidades fascinantes donde aprender de la diferencia y de lo que significa ser minoría. Las desconocidas y apartadas islas Feroe son un clara muestra.

Las islas Feroe (Faroe islands) es un fascinante archipiélago volcánico perdido en el Atlántico Norte, al sur de Islandia (Reykiavik, 800 km) , al norte de Escocia (Aberdeen 550 km) y al oeste de Noruega (Bergen 650 km). Aunque pertenecen, como Groenlandia, a la corona danesa, las Feroe tienen un pleno autogobierno que se extralimita principalmente a la defensa y representación internacional, papel que ostenta Dinamarca. Las costas de la metrópoli se hallan a unos 1000 kilómetros. Las Feroe no pertenecen a la UE y tienen su propia moneda, la más desconocida y menos usada: la corona feroesa.
Las 18 islas que componen el archipiélago están todas habitadas, excepto Litla Dímun pero constituyen uno de los países más pequeños de Europa (1.399 km2 y escasamente unos 50.000 habitantes de los que unos 20.000 residen en la pintoresca capital Tórshavn).

En el norte se hallan casi agrupadas las principales islas Vágar, Streymoy y Eysturoy que están conectadas por modernos túneles bajo el Atlántico. En el centro se halla Sandoy y otras más pequeñas y, más al sur, Sudoroy que con los islotes de Flesjarnar marcan el límite meridional que ya mira a las Shetland y Escocia.
El escudo de las islas tiene un carnero pues esa sería la traducción de Foroyar o Feroe, tierra de corderos u ovejas que llevarían monjes irlandeses a las islas o los propios vikingos, estirpe de donde proceden los feroeses y que tienen además su propio idioma. En la actualidad son habituales y numerosas las ovejas de despeinado pelaje que se escampan por las verdes praderas de las islas.
La primera impresión cuando se llega a las islas es de exotismo y un cierto misterio que guiará el periplo y descubrimiento de estas apartadas tierras. Tierras castigadas por un clima severo de vientos, frío invierno y cambios radicales del tiempo. Esto junto al carácter agreste de islas, de espectaculares acantilados, va a ser una constante en la magia que transmite Feroe.
El conjunto insular constituye un lugar ideal para los amantes de la naturaleza, las excursiones, el deporte, la soledad, meditación, contemplación y comunión con la naturaleza.
Además de la fisonomía agreste y cambiante de las islas, este archipiélago donde prácticamente no hay un árbol, es un lugar de gran riqueza ornitológica como así lo demuestra que tres de sus islas: Mykines, Nólsoy y Skúvoy sean áreas RAMSAR o de especial sensibilidad ecológica. En las islas se puede encontrar una gran variedad de aves y el pintoresco frailecillo o puffin (Fratercula Artica) así como los pájaros bobos por citar algunos ejemplos.

Aunque las islas (en general pequeñas) tienen cotas altimétricas que pueden acercarse a los 1.000 metros son ideales para la práctica del senderismo apto para la mayoría pues las dificultades en desniveles no son muy exageradas, sin embargo las vistas panorámicas y las sensaciones pueden ser inolvidables. Realmente aquí se asegura una cura de salud física y del estrés.
La ubicación física pero también la espectacularidad del clima, el océano y los paisajes ayudan a que se perciba una agradable sensación de soledad que invadirá nuestro espíritu e incluso le transmitirá un bienestar difícilmente explicable. Los paisajes resultan sobrecogedores pero a la vez sencillos y a eso ayuda el hecho de que hallan pocas construcciones que alteren el paisaje y si las hay (casitas de colores, faros, sencillos templos…) están bien integradas en este. Incluso las coloridas casas de madera con sus tejados ecológicos de hierba natural que protege del frío, la humedad de los bancos de niebla y el viento constituyen una imagen característica con el verde dominante de la temporada estival.
Las islas como se dijo son ideales para la práctica del excursionismo o hiking, paseos en barco para contemplar sus caprichosas costas así como el coche y la bicicleta para disfrutar de sus extraños y exóticos paisajes. Este último transporte nos permitirá sentir las islas: su clima, sus detalles y sus hermosos y bucólicos paisajes. Para los amantes de los deportes de riesgo como la escalada, el kayaking o el surf, las Feroe también tienen un exponente diferencial como pasa para los amantes de la pesca. Capítulo especial es la observación de aves, los amantes de esta experiencia tienen en las Feroe su meta.
La cultura y la sencilla gastronomía también son uno de los atractivos de este perdido y desconocido archipiélago.

El feroés tiene un carácter nacional muy arraigado y marcado como se demuestra en su lengua, cultura y manifestaciones folclóricas. Eso y aunque en su dilatada historia halla pertenecido temporalmente a otros países como Noruega, R.U. o en la actualidad Dinamarca.. Buena parte de la fuerza de este aguerrido pueblo se resume en la danza popular donde se entrelanzan, entre cánticos, personas y voluntades que tienen en común ser una comunidad unida e independiente. Los feroeses son un pueblo pescador y ganadero abierto al océano pero amante de sus tradiciones y de ahí las numerosas manifestaciones folclóricas y nacionales como las fiestas de julio. Aún así es un pueblo con la voluntad de adaptarse a los nuevos tiempos y las nuevas normas como fue la reciente aprobación por el parlamento de las islas de la unión de parejas del mismo sexo. Las Feroes tienen incluso su “parada” o Faroe Pride Gay, el 27 de julio.
El feroés y las feroesas son personas arraigadas a la tierra y aunque la juventud se ve obligada a estudiar en universidades danesas siempre el cántico de la sirena, su “Seal Woman” hace que tarde o temprano vuelvan a estas mágicas tierras. El amor a la tierra, esa tierra tan agreste pero tan atractiva, es tan grande que todas las islas tienen población permanente excepto la más pequeña y accidentada: la ya mencionada Litla Dímun, inexpugnable con sus 400 metros de paredes basálticas que se precipitan de manera dramática al fondo del Atlántico.

10 experiencias que nos emborracharán el espíritu, nos estremecerán los sentidos en la mitad norte de las Feroe.

Disfrutar de los encantos y sorpresas de la capital más pequeña de Europa.
Torsavn es, con sus escasos 20.000 hab., una de las capitales más diminutas del Mundo. Su peculiar fisonomía con su fachada portuaria de vivos colores y su breve casco antiguo, el más viejo de Escandinavia, en la península de Tinganes. Aquí los colonos vikingos celebraban sus asambleas o ting. Julio es un mes donde las manifestaciones culturales, artísticas y musicales renacen especialmente en la fiesta nacional del 29 de julio: Ólavsoka. Feroe dispone de un moderno estadio donde su país disputa competiciones de la Eurocopa. La marcha nocturna, aunque parezca increíble, tiene un toque diferencial con animados y alternativos locales como Sirkus. Hoteles donde disfrutar del confort y sus magníficas terrazas son por ejemplo el Föroyar o el Hafnia.

Recordar las viejas historias vikingas en rincones mágicos como Funningur.
Hacia el año 800 el primer vikingo procedente de la Península Escandinava pisó tierras de las Feroe. Funningur ha cambiado obviamente el aspecto pero no la ambientación donde destaca su característica iglesia y el envidiable entorno natural.

El romántico puerto natural de Gjógv
Dramático y evocador es este enclave, al norte de la isla de Eysturoy. Así me lo recordó el sonido de una trompeta en el hondo puerto natural de esta pictórica localidad. Gjógv tiene una cuidada arquitectura popular entorno a su iglesia católica. Los paisajes que la circundan nos hablan de la otra Europa desconocida, una Europa por descubrir. La localidad tiene un acogedor refugio y restaurante: GjaargarOur.

Una caminata al faro del fin del Mundo
No es de extrañar que esta imagen resuma el carácter indómito del archipiélago: sobre una de las crestas de la isla de Kalsoy se yergue el sencillo faro de Kallur. Solitario y altivo ha contemplado desde apacibles y verdes días de sol, a oscuros y tempestuosos días, donde la madre naturaleza impera y castiga. Aquí uno podría pensar que se halla en los confines del Mundo.

Paisajes agrestes y bucólicos en Tjornuvik
Una de las aldeas apartadas y de hondo sabor al norte de la isla Streymoy. Desde su típico caserío y amplia playa se observan los acantilados y los farallones o roques del norte de otra isla separada por un canal: la de Eysturoy. Los pescadores son batidos por las olas en un paisaje que es simplemente estremecedor.

Observar aves exóticas en Mykines
Mykines es una diminuta y accidentada isla con costas recortadas y acantiladas, la más occidental y próxima a la lejana América. Aquí se pueden observar los característicos frailecillos y pájaros bobos que anidan y sobrevuelan los más inaccesibles lugares.

La cascada de Gasadalur
Para los mediterráneos una cascada que se precipite al mar con la espectacularidad con que lo hace en Gásaladur (noroeste de Vágar) es un hecho que impresiona al ser menos sensible. Desde un barco se puede observar este espectáculo de un archipiélago donde el agua que se manifiesta en sus fiordos y canales, en sus cascadas, torrentes, lagos pero también en su sorprendente clima… es protagonista.

El riguroso y blanco invierno de Funningur
La parte más elevada del archipiélago se halla al norte de la isla de Eysturoy donde la altitud en un diminuto territorio se acerca a los 1000 metros confiriendo una espectacularidad sinigual.. Una carretera que enlaza Eioi y Funningur nos transportará a un paisaje alpino, nevado buena parte del año. Las panorámicas hacia la vecina isla de Kalsoy, con sus verticales paredes y el típico pueblo de Funningur, no nos dejarán impasibles.

Disfrutar de la arquitectura popular en Vidareidi y/o Kirkjubour.
Uno de los lugares más norteños y típicos de Feroes es Vidareidi su iglesia y cuidado casco urbano se confronta a los acantilados de la vecina isla de Bordoy componiendo una mágica y sensible sinfonía de colores y formas. Kirkjubour, al sur de la isla de Streymoy, es también un acogedor y antiguo poblado con su enigmática y curiosa catedral de St. Magnus del siglo XIII.

Darle un lujo al paladar en el restaurante Barbara.

La cocina feroesa es sencilla y se limita a los escasos recursos existentes. Tiene en el pescado: bacalao, arenque, salmón, bogavante, fletán, trucha, camarón… su mejor exponente sin olvidar los cetáceos (carne de calderón). La ganadería centrada en el cordero también proporciona curiosas recetas carne secada al sol, de sopa y embutido (salchicha)… La carne de caza de liebre y aves así como sus huevos también son un exclusivo manjar…todo ello regado con las cervezas artesanales locales como la de Klaksvík, segunda ciudad… Se ha de experimentar en uno de los restaurantes más señeros de las islas: Barbara Fish Hous. ubicado en un pintoresco y típico rincón de Tórshavn. Eso sí hay que contar que estamos en un país de estándares escandinavos y los precios nos parecerán elevados aunque compense por un servicio y calidad de cocina excelentes.

Guíarama de Carcasona y la ruta de los Cátaros

catarsguiaportadaPara la 34 edición de FITUR salió al mercado la guía de la colección Guiarama de Anaya Touring: “Carcasona y la Ruta de los Cátaros” cuyos autores en la parte de texto y fotografía fueron Edgar de Puy y Paco Sánchez de Georama.

La guía esencialmente histórica y cultural se centra en el ámbito geográfico de la parte sudoriental de Francia y concretamente en los actuales departamentos occitanos de Aude y Pyrénées Orientales. Son protagonistas no sólo Carcasona y el Canal de Midi o los castillos y abadías cátaras si no también Perpignan, Narbona y la costa mediterránea con pueblos tan señeros como Colliure y las tierras de la Catalunya Nord.

El pretexto temático o hilo conductor de todas formas es el catarismo y los restos que supuestamente quedan en pie en forma de castillos (Quéribus, Peyrepertuse, Termes, Montségur…), abadías (Fontfroide, Lagrase,..) pero también de espacios naturales, localidades o museos (Gargantas de Galamus, Fanjeaux, Mazamet).

El catarismo un apasionado tema que puede hacer volar e imaginar la mente más sensata. “Un movimiento religioso que se extendió por la Europa Occidental a mediados del siglo X, y logró arraigar hacia el siglo XII entre los habitantes del Mediodía francés, especialmente en el Languedoc, donde contaba con la protección de varios señores feudales. Los cátaros, bon hommes o albigenses creían en la dualidad de los mundos (espiritual o Dios y material o Satanás), en la reencarnación y negaban los sacramentos, por lo que fueron considerados herejes por la iglesia Católica. Dos cruzadas, crueles sitios y la Santa Inquisición consiguieron acabar con esta doctrina a lo largo del siglo XIII.”

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Mitad historia mitad leyenda el catarismo para su época era una moderna concepción religiosa de la vida que daba cabida a las mujeres pero que también criticaba al poder establecido sea eclesiástico con su corrupción y/o centralismo (Roma) o meramente político (París). Algunas de sus particularidades podrían ser aplicadas a la realidad actual.

Albania – hospitalidad y generosidad sin tópicos

AL02Albania (Shqipërisë)  El término Albania al parecer viene de alba o blanco, la nieve de sus altas e inexpugnables montañas que se zambullen en el Mediterráneo sin dar tregua a la naturaleza. También conocido como el país de las águilas (Shqiperi) este pequeño estado de los Balcanes es uno de los más curiosos e interesantes y a la vez desconocidos de la otra Europa.

Albania rinde su culto histórico al patriota Skandenberg que defendió el territorio ante la amenaza del dominio turco. Un dominio que a pesar de las voluntades del épico guerrero se dio y de hecho hoy la fe musulmana se procesa junto a la ortodoxa griega en este recóndito rincón del Mediterráneo.

Tuvo una influencia de la vecina Italia e incluso un rey bien visto por el régimen fascista italiano. Hoy algunos edificios de Tirana recuerdan este breve y oscuro pasado. Después vino una férrea dictadura comunista donde Enver Hoxha quiso crear un “hombre nuevo” para ello rodeó y pertrechó el país de búnkers siempre obsesionado por una invasión extranjera. No sabría decir si lo consiguió pero los albaneses son gentes especiales, aún no “maleados” por el turismo de masas son personas abiertas, amables, sencillas y hospitalarias. Y el término hospitalario sin tópicos quizá la abierta religión musulmana (una buena parte de los albaneses abrazan el bektasismo) que procesan donde rige una ley ancestral el Kanun que contempla, entre otras cosas, el trato hospitalario a los huéspedes.AL01

Albania es uno de los países más pobres de Europa: pobre en materia y datos económicos favorables pero rico en valores que quizá la otra Europa, la Europa desarrollada y avanzada pierde a pasos agigantados. Su algo aislada situación en los Balcanes, rodeado por Montenegro, Kosovo (Serbia), Macedonia, Grecia y más allá del Adriático de Italia por ahora ha ayudado poco.

De Albania sorprende la tradición y la modernidad mal entendida: por una parte es un pueblo que conserva las costumbres arraigadas a un mundo agrario muy presente y por otra parte la riqueza proveniente de los emigrantes extranjeros se traduce en un urbanismo algo surrealista y realmente poco estético.

AL10De este país de superficie similar a Cataluña y Galicia (28.750 Km2) pero con sólo 3 millones de habitantes sorprende por sus inmensos y evocadores paisajes, una evidente lección geográfica en muchos casos de lo que son conceptos como delta, depresión, valle glaciar, río… Albania está cruzada por cadenas montañosas pertenecientes, en buena parte a los Alpes Dináricos, de considerables altitudes y a poca distancia de la costa. Una costa bastante llana y pantanosa en la mitad norte y abrupta en la mitad sur donde viven diversas minorías nacionales, destacando la griega. De Albania destacan también los lagos que comparte con sus vecinos: el Scutari o Shkodra, al norte y Ohrid y Prespa al este.

Los interesados por la cultura y el arte no han de dejar ver núcleos monumentales como Krujë, Gjrokatër, Berat o la agradable e histórica Durrës que entre sus epopeyas vio partir barcos llenos hasta la bandera en busca de una mejor vida en la vecina Italia. Ruinas ilíricas, romanas y bizantinas también se pueden contemplar en la mitad sur del país destacando las de Butrint y Apollonia. Y para palpar la vida en ciudades, aquí pequeñas, qué mejor que conocer Tirana, la capital, en el centro del país, Shkodrë, al norte, Sarandë al sur o Korçë, al este (en el interior).AL06

La comida en Albania es muy natural y mediterránea, todavía no han entrado de lleno los pesticidas, herbicidas,.. por lo que frutas y verduras tienen un sabor primigenio. Fácil será probar el cordero cocinado de mil formas,  el exquisito queso de cabra o las variadas aceitunas. No hay que olvidar los vinos tintos por ejemplo de Berat o el famoso raki de uva, manzana o ciruela que siempre irá acompañado con un brindis o “gezuar” expresión que indica buen deseo.

Como pasa en muchos pueblos con carácter siempre está bien aprender alguna palabra en el difícil albanés para entrar con facilidad en el mundo de este peculiar y auténtico pueblo.

Miradita (“mirdita” o buenos días), mirupáfshim (“mirupashim” o adiós), faleminderit(“falemendere” o gracias) puede ser un buen comienzo.

 

Alguna sugerencia

Enlaces:

Hotel en Tirana
www.rogner.com
www.bujtininaegjelit.com
www.vilaearte.com

Restaurante Oda (Tirana) +355 2249 541, www.rozafa.al
Hotel en Gjirokatër www.kalemi.com
Touroperador: www.albtoursd.com

Guía Anaya sobre Andorra

AD05El 2015 se inicia con la presentación de novedades dentro de la exitosa colección de Anaya: Guiarama que ya ha dado a conocer los principales lugares turísticos del Planeta. Una práctica guía de viaje de bolsillo orientada tanto para el viajero independiente como para el turista. Con un excelente material gráfico y unas informaciones de autor siempre basadas en el trabajo de campo. Así la selección de recursos y servicios, una de sus claves, son escrupulosamente seleccionados.

Andorra el pequeño país de los Pirineos es una excepción a nivel de estado única en el mundo. Pues un territorio pequeño ha conseguido mantener su identidad durante siglos ubicado entre dos estados importantes del mundo. Andorra hoy es un paraíso para el turismo tanto invernal como no. Ofrece un importante dominio esquiable donde practicar todos los deportes de invierno en el corazón del Pirineo. Sus recursos no sólo son paisajísticos con tres bellísimos parques naturales, bucólicos valles y lagos glaciares si no también culturales como demuestran sus coquetas iglesias románicas, puentes e infinidad de museos temáticos. Las compras también son un atractivo importante del Principado ya que en poco espacio: en una de las conurbaciones urbanas más grandes del Pirineo, se ubican todo tipo de tiendas que ofrecen interesantes precios y como uno una variedad difícilmente comparable en un área de montaña. El termalismo se dan cita en este pequeño rincón de montaña como así lo demuestra Caldea. Y si quiere disfrutar del deporte y el ocio en general que mejor que pasar por Naturlandia un excelente parque temático de montaña. La gastronomía también está presente en la oferta turística andorrana con sus tradicionales bordas adaptadas en lugares de culto gastronómico que no le defraudarán.

En definitiva Andorra, país de tradiciones, ofrece un abanico de posibilidades turísticas, que pocos estados de su tamaño y ubicación pueden ofrecer.

La guía Guiarama de Anaya escrita por nuestros autores Edgar de Puy y Francisco Sánchez es un excelente compendio, bien ilustrado, sobre el país de los Pirineos.