Marruecos

El reino de los sentidos

MAviajesdautor1Argumentario:
Arte y cultura 
Mundo rural
Compras
Playas y paisaje
 
 
El reino alauita es uno de los estados con una geografía y cultura más rica de África. Como vecino tiene una historia próxima a la de los pueblos de la Península Ibérica con los que ha habido siempre una relación. Es gratificante visitar Marruecos y ver las cosas que nos unen que son más importantes que las que nos separan.
El viaje a Marruecos nos llevará a la aventura de atravesar su geografía desde el Rif pasando por las cordilleras y valles del Atlas para desembocar en el desierto. También nos permitirá ir del Mediterráneo más virgen al Atlántico más sorprendente.
 
Uno de los aspectos más enriquecedores de esta aventura es sumergirse en la cultura árabe y beréber: sus tradiciones y una hospitalidad única y real.
Marruecos es uno de los países más seguros y exóticos del mundo árabe quizá comparable al lejano sultanato de Omán. El mundo rural sigue sumergido en una estampa tradicional, casi medieval y sus ricas imágenes nos parecerá estar viviendo un cuento.
 
La gastronomía es tan rica como la geografía y culturas del país. Ir a Marruecos supone recuperar los orígenes de muchos sabores que hemos perdido en nuestra cultura occidental.
 
El rico arte de las diferentes dinastías que han pasado por el actual reino alauita es próximo al del mediodía Peninsular y concretamente Andalucía: mezquitas, madrazas o escuelas coránicas, morabitos, palacios y riads, jardines, caravasares, alcazabas … Ir a Marruecos es toda una lección de arte, un arte compartido también en la ribera norte del Mediterráneo.
 
Pero si algo define a Marruecos es el comercio. Desde que levanta el día la mayoría de ciudades y pueblos marroquíes son un espectáculo con sus mercados y sus animados zocos donde se pueden encontrar desde frescos y variados productos agrícolas hasta la más insospechada y bella artesanía. Porque si algo tienen los pueblos de Marruecos es que son de los mejores artesanos del mundo.
 
A la variedad de gentes y pueblos hay que sumar la riqueza en paisajes y espacios naturales: nada tiene que ver la agreste costa de Alhucemas, en el Mediterráneo con las dunas interminables del Sahara. Las cascadas y lagos del Atlas son un espectáculo diametralmente diferente al desierto por ejemplo en Merzuga o a los palmerales del valle del Drâa.
 
 
Marruecos Tefraoute Adai_ Copy  Paco Sánchez Georama 2109Itinerario
 
Tánger y Tetuán son dos bellas ciudades donde empezar a disfrutar del arte y la cultura de Marruecos. Ambas medinas, casbas y zocos son de los más interesantes del país. Especialmente en Tetuán se puede comprobar la influencia andalusí sobretodo en su medina pero también en la ciudad colonial que fue capital del Protectorado Español. Algo más al sur los puertos de Arcila (Asila) y Larache son dos fotogénicas localidades donde disfrutar también de la gastronomía que proporciona el Atlántico.
Chauen es una parada obligada en el agreste macizo del Rif aquí uno se traslada a un cuento de hadas no sólo por el escenario que nos depara la casba y medina si no también por la autenticidad de algunos de sus alojamientos. Desde aquí se hará una excursión para conocer una de las rarezas geopolíticas más curiosas del mundo.
 
El Rif se atraviesa  hasta Fez, sin duda la ciudad imperial más apasionante del norte de África aquí nos deparan sorpresas y alguna excursión que va más allá de la interesantísima medina.
Hermana y más pequeña pero no por ello menos interesante es Mequínez o Meknès donde podremos dormir en un riad de reyes. Cercanas las ruinas romanas más impresionantes de Marruecos: Volúbilis.
Rabat es la capital del reino y quizá una de las ciudades imperiales menos conocida del país: la casba de los Oudaya así como el mirador hacia la vecina Salé nos dejará un recuerdo imborrable.
 
El Atlántico de Marruecos es de ensueño con sus puertos de influencia portuguesa donde embaten las olas y las brumas los hacen de ensueño. El Yadira, Ualidia, Safi y Esauira serán algunas de las paradas obligatorias siendo lugares ideales para la fotografía.
Marrakech es la última y más famosa ciudad imperial y sólo la plaza Jamâa el Fna, la madraza Ibn Yusuf, los jardines Majorelle y la Menara justifican la visita. Como disfrutar de los fantásticos riads con cierto regusto francés.
Desde aquí se puede uno internar al Atlas con visitas a lugares como las cascadas de Ouzoud o el Valle de Ourika.
 
El predesierto y las casbas son otras interesantes aventuras en el periplo por Marruecos así lo justifica Ait Ben Haddú, los alrededores de Ouarzazate o los valles de las Rosas, Dades o el Todra.
Más allá Erfud y Merzuga y nuestra cita con el desierto y sus fabulosas dunas. Un paseo en dromedario y como no contemplar la constelación en las claras y frías noches del desierto del Sahara.
El retorno a Fez se hace pasando paisajes maravillosos y espectaculares del Alto y Medio Atlas.